bicentenario colombiano

martes, 23 de marzo de 2010

BACTERIAS AL SERVICIO DE LA CIENCIA FORENSE



Un estudio reciente demostró que las colonias de bacterias que viven en las manos de las personas son particulares para cada individuo, lo que significa que la ciencia forense podría utilizarlas, además de las huellas dactilares, para identificar a delincuentes.El informe del estudio fue publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias, EE. UU. El autor principal de la investigación, Noah Fierer, de la Universidad de Colorado, explica: “Cada uno de nosotros deja una huella única de microbios en nuestra vida cotidiana. Aunque este proyecto está aún en su etapa inicial, pensamos que a la larga la técnica puede convertirse en una herramienta muy valiosa para los científicos forenses”.
Una mano humana contiene unas 150 especies de bacterias y dos personas distintas apenas comparten el 13% de ellas, determinó el equipo de Fierer.
En una de las pruebas, los autores tomaron muestras de la superficie del ratón de un computador que no había sido usado por 12 horas. Luego compararon las bacterias halladas con las muestras recolectadas de las manos del dueño de la computadora y de otras 270 personas seleccionadas al azar. La muestra del dueño fue la más parecida a la que se obtuvo en el periférico. Según Fierer, la huella bacterial también queda en los tejidos.
En resumen, dicen los investigadores que la técnica tuvo una precisión de entre 70 y 90%, aunque esperan mejorar esos resultados una vez que el procedimiento se perfeccione.

EN GÁTCHINA SE PONE EN MARCHA UN NUEVO COLISIONADOR



En Gátchina, una localidad histórica cerca de San Petersburgo, se ha puesto en marcha un reactor experimental de isótopos de alto flujo. Construido sobre la base del Instituto de Física Nuclear B. P. Konstantínov, el llamado PIK está diseñado para competir con el Gran Colisionador de Hadrones en Suiza.
La etapa de ajuste duró dos años y apenas no se clausuró el proyecto por infracciones a las normas de seguridad contra incendios: en febrero los bomberos clausuraron todo el instituto por no cumplir con las normas vigentes. Los edificios del centro científico quedaron cerrados a lo largo de dos semanas. Ahora, al corregir parcialmente los defectos, los físicos rusos van a lanzar el primer haz de partículas dentro de unas cuantas semanas.
El nuevo colisionador ha viabilizado un proyecto que cumple 33 años. Sin embargo, es más moderno que los demás reactores científicos que funcionan en el territorio ruso: uno de ellos fue puesto en marcha en 1959, otro en 1981 y solo el acelerador de neutrones en Troitsk (al sur de Moscú) en 1999.
Un cañón que parte a los átomos en hadrones y varios canales que reciben el haz de neutrones componen el equipo tecnológico del reactor. Su sala está cubierta con una capa de hormigón que podría soportar la caída de un avión.
Centenares de canales magnéticos curvos que se transparentan a través del hormigón están diseñados para frenar y “entretener” al máximo a los neutrones libres durante su corta vida (15 minutos promedio), luego que después de ese plazo desaparezcan emitiendo electrones y antineutrinos.
Se supone que el PIK dejará atrás a los centros similares europeos y estadounidenses cuando produzca un cauce expulsor más intenso: hasta 4,5 cuatrillones de neutrones por centímetro cuadrado por segundo. Los científicos planean alcanzar dicha capacidad en 2012.